Los 10 socios del Club que íbamos a visitar por primera vez el Arco de Gratal, estuvimos a punto de anular la salida, ya que , aunque la previsión meteorológica era buena, estaba nevando con ganas a la hora de nuestro encuentro y la Guardia Civil no permitía el acceso a Monrepós. Por suerte, nosotros comenzábamos en Nueno, y la nieve fue cayendo de forma intermitente permitiéndonos comenzar la marcha.
Iniciamos el primer kilómetro con un fuerte desnivel, unos 500 m aproximadamente, que progresivamente se va suavizando entre la vegetación, llegando a las inmediaciones de la cabecera del barranco de San Julian. Volvemos a ganar altura y a los 4
km aproximadamente llegamos al arco de Gratal.
Se trata de un arco surgido por la erosión del aire -el cierzo-: la propia orientación del arco de Gratal nos revela su origen «ciercero» pues está orientado oeste-este que coincide con la dirección en la que sopla ese viento propio del Valle del Ebro.
Continuamos nuestra subida hacia las agujas de Gratal, pequeño macizo de roca caliza con formaciones afiladas, cuya base nos encontramos prácticamente congelada el día de nuestra subida , por lo que no ascendemos todos; el viento tampoco ayuda a los indecisos que esperan pocos minutos en la base de las agujas o Peña Mediodía, como también aparece en nuestro mapa. Desde aquí, después de la breve ascensión, comenzamos el descenso hacia la pradera de Fenés y base de la peña Gratal, que bordeamos para dirigirnos al barranco de Fenés . La intención desde aquí es entrar a la Ermita y gorgas de San Julian por su vertiente Noroeste. Una vez que llegamos a la ermita, donde realizamos la parada para descansar y comer, ya luce un sol espléndido que nos acompañará hasta el final de nuestra excursión. Visitamos las famosas gorgas de San Julián con su belén montañero tamaño XL e iniciamos el camino de vuelta pasando por el sendero normal de entrada a las gorgas y en poco tiempo llegamos a Nueno, nuestro punto de partida.