El mes de julio tiene nombre propio para el club Litera, porque recordamos el momento en que nuestro querido amigo y compañero, pagó el precio más alto que se le puede exigir a un montañero. Su memoria quedo grabada en el calendario, y en los corazones de los que tuvimos la suerte de compartir tantos y tan buenos momentos con él, y que deseamos que su recuerdo sea un referente para las nuevas generaciones.
El domingo 17 de julio, las secciones de alpinismo y media montaña, aunamos esfuerzos y voluntades para homenajear a nuestro añorado amigo Lorenzo, organizando la ascensión a la peña Es Litás de 2623 mts. desde Saravillo y el refugio de Labasar.
Previamente la noche del sábado se organizó una cena de hermandad en la que pudimos disfrutar de un emotivo concierto a cargo de Anäis e Ibai.
La mañana del domingo comenzó pronto para los alpinistas, que a las 6.30 comenzaban a caminar en Saravillo, para acudir a la cita con el grupo de media montaña en el refugio de Labasar.
El encuentro se había establecido a las 8.30, por lo que los alpinistas hubieron de andar ligeros para ascender los casi 1000 metros de desnivel que les separaban del punto de reunión. Ambos grupos acudieron puntuales a la cita, y ante la previsión de una jornada muy calurosa, comenzamos a andar con premura confiando en que por las alturas, el viento fuera condescendiente con nosotros y nos aliviara de la canícula anunciada.
Ascendemos entre pinos por una senda difusa y muy pendiente, hasta ganar la arista divisoria desde la que ya empezamos a tener magnificas vistas. Más arriba el bosque desaparece y caminamos por prados, en los que podemos contemplar gran cantidad de flores de nieve. Grupos de sarrios salen al galope monte arriba, haciéndonos envidiar sus facultades montañeras, mientras alcanzamos una incómoda pedrera por la que nos encaramaremos a la cresta, que nos ha de conducir a la cima.
Caminamos y en algún momento casi trepamos, junto a un precipicio de más de 700 metros, en cuyo fondo destaca el ibón de Plan, muy afectado por la dura sequia que soportamos este verano. Las vistas son magnificas y compensan sobradamente el esfuerzo cuando por fin llegamos a la cima, y podemos contemplar el singular paisaje del macizo de Cotiella frente a nosotros y a nuestra espalda el pirineo infinito. La fascinación por el paisaje tras el esfuerzo de una dura ascensión, se convierte en un escalofrío de emoción cuando Anaïs e Ibai hacen sonar sus instrumentos y la melodía penetra en nuestros corazones evocándonos el recuerdo de nuestro amigo Loren. Con un nudo en la garganta escuchamos el Aqueras Montañas y el Somos de Labordeta, que en este incomparable escenario son tributo bien merecido, para nuestro querido amigo y compañero, que a pesar del tiempo transcurrido permanece muy vivo en nuestro recuerdo.
La bajada la realizamos por la vertiente contraria hacia el collado de los Puntons Royos, y por una incómoda e inclinada pedrera, perdemos rápidamente altura y bajo los Puntons de l´Ibonet encontramos la senda que nos llevará de vuelta al refugio de Labasar.