El domingo 16 de enero, un grupo de once barranquistas del Club Litera se reunieron en Barbastro para encaminarse al abandonado pueblo de Lapenilla para descender el barranco del mismo nombre.
Las temperaturas no eran muy alentadoras con ocho grados bajo cero cuando paramos en Graus para tomar un café, pero eso no fue impedimento para estos once valientes!
Conforme nos íbamos acercando a nuestro destino, el sol empezaba a calentar y el termómetro poco a poco iba subiendo.
La tarea de poner el neopreno después de las fiestas, definitivamente nos hace entrar en calor. Y después de la obligada foto de grupo y el reparto de cuerdas y material, nos podemos en marcha.
El barranco de Lapenilla tiene dos partes bien diferenciadas, una primera parte más profunda y sinuosa, con multitud de marmitas muy estéticas y una segunda parte más abierta, pero con cascadas más altas y grandes vistas del embalse del Grado.
En las pozas iniciales encontramos algo de hielo, hay que ir con cuidado, pero a pesar de ello avanzamos con soltura sin tener que esperar mucho en cada rapel.
Nos reagrupamos al llegar a la primera gran vertical. Un rapel de 38 metros, desde dónde ya se empieza a vislumbrar el embalse del grado.
Un par de rapeles cortos más, que ahora sí, nos obligan a mojarnos hasta la rodilla, nos dejan en el rapel final. Muy estético con algunos carámbanos de hielo.
Un poco de emoción al final hace que no podamos recuperar la cuerda, con lo que toca remontar para desbloquearla y ahora sí, emprendemos el camino de retorno por la carretera que lleva hasta la Aldea de Puy de Cinca.
Por fin los pies recuperan la circulación y llegamos hasta con calor a los coches.
Contentos por el día y por no haber pasado excesivo frío, nos sentamos al sol a disfrutar de la comida y de los postres que nos ofrecen alguno de nuestros compañeros.
Un buen comienzo de año en la sección!
