El verano prematuro que estamos padeciendo este mes de junio, tampoco perdona a las montañas pirenaicas y obligó a los coordinadores del Club Litera Montaña a modificar la excursión de media montaña programada para el pasado domingo. Con buen criterio y haciendo gala de experiencia, saltaron el cauce del rio Aragón y trasladaron la actividad a la margen izquierda, aprovechando la umbría que proporciona durante toda la mañana la cara oeste de la montaña. Por frondoso bosque, ascendiendo por la senda que con suavidad se encarama por el barranco de Epifanio, los montañeros del Club Litera se fueron empapando de naturaleza y también de la historia que se generó en este valle entorno a la magnífica Estación Internacional de Ferrocarril. Las grandes montañas que rodean Canfranc Estación, en invierno se cargan de nieve y por los barrancos que descienden hacia el valle han caído aludes que llegaron a acumular hasta 60 metros de nieve en el fondo. Por ambas laderas se pueden contemplar los trabajos que se realizaron, desde principios del siglo 20 para intentar evitar los estragos de las avalanchas y en la ruta de los montañeros de Binéfar van apareciendo vestigios que evocan aquellos tiempos pasados. La caseta de la Cueva, la caseta del Vasco, la fuente Elvira situada a 2111 metros de altitud, comparten el interés de los montañeros con los magníficos paisajes que se abren ante sus ojos, que ya apenas pueden distinguir el edificio de la Estación mil metros por debajo de sus pies. Protegidos del calor, en el frondoso bosque continuaron ascendiendo hasta alcanzar el refugio de Buenavista , situado a2130 metros de altitud y que sirvió para dar cobijo a los trabajadores que participaron en la obras de la parte alta de los barrancos. Aún continuaron ascendiendo los montañeros del Club Litera hasta casi alcanzar el collado de la Moleta, para enlazar con el camino del carretón , por el que descendieron hasta alcanzar nuevamente las calles de Canfranc Estación donde les esperaba el calor agobiante y una cerveza fría, fría…