Encaramados sobre los 3308 metros de la cima de la Maladeta Oriental, por encima de las nubes y con el mundo a nuestros pies, comenzamos a pasar página y retomamos la normalidad de las grandes ascensiones pirenaicas. Aunque la soledad del glaciar del Aneto nos recuerda que aun estamos muy lejos de la normalidad que vivíamos en un tiempo que parece ya muy lejano.
A las 7 de la mañana del pasado domingo, las montañeras y montañeros del Club Litera se reunieron en la Besurta, para comenzar la ascensión hacia la Maladeta Oriental. En la Renclusa se sumo otro grupo que había pernoctado en el refugio y juntos continuaron por la angosta pedrera, hasta que las primeras palas de nieve les obligo a calzarse los crampones antes de continuar el penoso ascenso. Más arriba del desvío del Portillon, se sumaron a la larga fila, tres compañeros que habían vivaqueado sobre la nieve y bajo la lluvia, para alcanzar la base del corredor de la Rimaya. La ausencia de grietas y el buen estado de la nieve permitieron al grupo del Club litera alcanzar la cresta y con un último esfuerzo la cima de la Maladeta. Las magnificas vistas y la buena compañía, fueron el premio bien merecido al esfuerzo de los miembros del Club de Binéfar. Tras reponer fuerzas emprendieron el largo descenso, que transcurrió con normalidad y sin contratiempos.