Salimos de Binéfar bien empaquetados en los coches, máxima ocupación, mínimos vehículos.
Llegamos a la hora justa para tomar un café en el camping de Oto. Con el plus de la cafeína vamos hacia Oto para buscar el GR 15 y antes de llegar a Oto comenzamos a andar siempre en subida y cuando llegamos al despoblado de Yosa vamos bien sudados, ¿quién ha dejado a Toñito ponerse primero?
Descansamos buscando la sombra, hoy va a hacer calor…
Seguimos subiendo en dirección al puerto de Yosa pero enseguida nos vamos casi monte a través para subir hacia el Pelopín.
Hasta aquí el grupo se mantenía más o menos compacto, pero el personal al ver lo que parecía la cima, fue como si soltases un rebaño con hambre, pues igual… unos van para arriba como si no hubiese un mañana, otros que ven el percal suben a su ritmo y alguno se desfoga a mitad subida, total que todos llegamos más o menos a pie. Almorzamos y para abajo que hay que seguir la laaarga loma que nos llevará al Manchoya y el Punta Gabalos.
Desde aquí bajamos como podemos por una ladera ocupada por un pinar bajo, que nos entretuvo un rato en encontrar el “esto parece una senda” y llegar guiados por las esquilas de las vacas a una pista que la seguimos unos calurosos dos kilómetros hasta encontrar una senda que nos lleva a la ermita de la Ascensión y ya por fin a la cerveza del camping de Oto.
Todo muy chulo, muy buenas vista, altamente recomendable y la meteo de lo mejor, ¡qué día! Y un diez para el personal por semejante paliza tras los excesos del verano.