Esta vez nos acercamos a la vecina Benabarre, para recorrer el Valle del Roble.
Dejamos los coches en la pista, cerca de la carretera, en el puente donde pasa el barranco de la Mora. Comenzamos andando por la pista para buscar un sendero a mano izquierda marcado con un mojón de piedras, la senda nos introduce en el bosque, lo que se agradece por su sombra dado lo soleado del día.
Al principio la subida va por un bosque de robles, abandonamos el barranco de la Mora y vamos hacia arriba buscando el barranco de Llovera.
En este barranco el paisaje cambia, los robles dejan paso a los pinos, la subida se suaviza y vamos recorriendo la senda por media del cauce seco del barranco. Es increíble la cantidad de pinos rotos o caídos debido a unas tardías nevadas de hace 2 años.
Tras unos 6 km desde la salida se abre un pequeño claro en el bosque, estamos llegando al roble, al ROBLE con mayúsculas. Es espectacular, impresiona el tamaño y su buen estado, nada a su alrededor le hace sombra, hicieron falta 5 personas para abrazar su tronco por la base. Comemos bajo sus ramas, descansamos y emprendemos el regreso por el mismo camino, eso sí, ahora todo de bajada…