Son las 6 de la mañana del domingo en la plaza de la estación de Binéfar, la noche es oscura y fría pero no asusta a los montañeros del club Litera que cargan sus mochilas entre bostezos y arrancan rumbo al Pirineo. El objetivo para esta jornada es el pico Musales en el valle de tena, comenzando en el embalse de la Sarra, y bajando por la cara norte hacia el embalse de Respomuso , para volver por la GR 11 nuevamente al embalse de la Sarra. El camino de ascenso se inicia en una pista, que con amplias lazadas remonta la ladera hacia Ibonciecho, pero que se puede atajar por una bonita senda que de forma bastante cómoda nos saca por encima del bosque. Continuando por los atajos y siguiendo algunos hitos de piedras, nos metemos en una inestable y muy inclinada pedrera que superamos con dificultad hasta alcanzar un valle superior desde el que divisamos tres collados, pero no alcanzamos a ver ninguno de los puntos de referencia. Nos encaminamos hacia el norte confiando en encontrar el ibón de Ibonciecho, que se resiste a aparecer, y alternando neveros y pedreras conseguimos llegar hasta el collado, donde confirmamos que nos hemos desviado de nuestro objetivo. Ante nosotros se abre un paisaje espectacular, Frondiellas ,Balaitus, La Cresta del Diablo, Gran Facha, toda una cadena de Gigantes rodeando el embalse Respomuso, y a nuestra izquierda la cresta del pico Sanchacollons, que no parece difícil y será un buen trofeo para el duro ascenso que hemos realizado. El cansancio se diluye entre las imágenes que descubrimos a cada paso, estamos rodeados por algunas de las montañas más bonitas del Pirineo, con una temperatura agradable y un cielo despejado, esta cima la tenemos que aprovechar y comemos tranquilamente empapándonos de tanta belleza. Para el regreso mantenemos el plan inicial, regresamos al collado nos colocamos los crampones por si acaso, y destrepamos una sencilla canal para alcanzar las palas de nieve, que nos llevaran hasta la presa de Respomuso. Ya estamos en el camino y ya podemos respirar tranquilos, la GR 11 nos devolverá sin problemas al aparcamiento en la Sarra. Pronto nos daremos cuenta de nuestro error, una espesa lengua de hielo cubre una buena parte de la senda y nos obliga a hacer filigranas para no dar con nuestros huesos en el suelo. Con la máxima precaución y toda nuestra atención puesta en cada paso, conseguimos llegar hasta el llano de Cheto, donde la lengua de hielo se transforma en una alfombra de hojas y solo tenemos que dejarnos ir hasta la Sarra donde cerraremos el círculo de esta magnífica jornada. Cansados pero muy satisfechos, vamos ocupando nuestros vehículos, mientras la tarde se muere por encima de Formigal, y nos va ocultando las resecas entrañas del pantano de Lanuza. Nuestras mentes ya están pensando en la próxima actividad del club Litera, que promete ser muy divertida. “ La cena anual de socios”, en la que el grupo de animación se pega una currada fantástica y consigue año tras año que pasemos una velada inolvidable.
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