La sección de Barranquismo del Club Litera inauguró el verano con una actividad promocional de fin de semana completo en el valle de Hecho. Los barranquistas del club se desplazaron hasta el Pirineo aragonés más occidental para disfrutar de sus paisajes, su naturaleza y, por supuesto, de algunos de sus barrancos más señeros.
Sábado 8 de Julio, barranco del Hospital de Siresa
El sábado fue un día marcado por la meteorología, el día amaneció con una fina lluvia intermitente y cielo cubierto. Sin embargo las previsiones no eran de lluvias persistentes ni abundantes. Por lo tanto, los barranquistas del club decidieron realizar el descenso del barranco del Hospital de Siresa, próximo al alojamiento, de bajo caudal, cuenca pequeña, de carácter abierto y con numerosos escapes. El día fue mejorando poco a poco y la luz y el calor del sol los acompañaron durante un descenso estético y lúdico, con algunos saltos y toboganes, lo que unido a su baja dificultad provocó en todos un gran disfrute.
Comieron todos juntos en el jardín del albergue de Siresa, donde se hospedaban, y dedicaron la tarde a visitar la Selva de Oza. Quisieron visitar también Aguastuertas, pero la lluvia impidó el paseo. Durante la cena en Hecho, en el Bar Subordán, comenzaron a planificar el descenso del día siguiente: El Estribiella.
Domingo 9 de Julio, barranco de Estribiella
Para el domingo decidieron que regresarían a la Selva de Oza, para afrontar el descenso de uno de los barrancos «estrella» del valle, el de Estribiella. La aproximación, de una hora y cuarto aproximadamente de subida por un bosque de abetos y hayas, los dejó en inicio del descenso deportivo. Al poco de comenzar fueron recibidos por un largo rápel, con un juguetón chorro de agua, y de superficie muy resbalosa, que ya era indicador de lo que sería el resto de la jornada. De carácter más técnico, vertical y cerrado que el descenso del día anterior, dejó en los participantes un estupendo sabor de boca al finalizar las algo de más de tres horas que les llevó realizar el recorrido completo por el cauce.
Tras el regreso al punto de partida, se despidieron e iniciaron el viaje hacia sus diversos lugares de origen, sin poder evitar echar una última mirada atrás para despedirse del Valle de Hecho, un lugar poco frecuentado por nuestro club debido a la lejanía respecto a la llanura literana, pero cuya visita merece absolutamente la pena.