El senderismo programado para el domingo 13 de diciembre, vuelta a Rodellar por Losa Mora, Otín y Mascún, congregó a un nutrido grupo de socios del Club Litera de Montaña. El día, como es habitual en esta época del año, amaneció frío, pero a medida que nos íbamos acercando a nuestro destino, la niebla que nos acompañó en una parte importante del trayecto, dejó paso a un estupendo sol, que todos agradecimos.
Iniciamos la marcha en Rodellar, y tras pasar las últimas casas del pueblo, tomamos el camino, tallado en piedra, que se dirige a la ermita de la Virgen del Castillo. Al llegar a la primera bifurcación, la ruta desciende por un sendero serpenteante al cauce del Mascún. Durante la bajada vamos viendo las paredes que hacen las delicias de los escaladores. Una vez en el barranco, lo remontamos por varios puntos, hasta llegar a la fuente del Mascún, una cueva de la que surge agua. Unos metros más adelante, a los pies de la vía ferrata denominada Virgen del Castillo, se encuentra el desvío hacia el dolmen de Losa Mora. Antes de tomarlo, el grupo admirará una de las oquedades más populares de la zona, la que tiene forma de delfín. Comenzamos el ascenso por un precioso sendero que nos llevará hasta la pardina de El Seral, una vez allí seguimos dirección Nasarre, vamos ganando altura, pero ya con mucha suavidad, hasta llegar a Losa Mora. Desde ese punto, y en un día despejado como el que pudimos disfrutar, la vista del Pirineo, con sus primeras nieves, resultó espectacular. Desde aquí, y de manera temporal, el grupo se divide en dos, una parte, los que mejor condición física presentan, se dirige a Nasarre alargando así un poco más la excursión, el resto, toma rumbo a Otín. El trayecto hacia el citado pueblo resulta de lo más agradable, primero, a través de un camino con paredes de piedra en prolongados tramos, vistas a Ordesa y mucho sol, después por un sendero surcado de matorrales y boj, que todavía y a pesar de la hora que es, presenta hielo en las zonas más umbrías. Tras llegar al pueblo abandonado de Otín, recorremos su barrio bajo, un breve paseo nos acerca hasta su fuente, posteriormente tomamos un bello sendero que nos lleva al barrio alto donde se encuentra la iglesia, que también es motivo de nuestra visita. Continuamos la marcha divisando ya las primeras formaciones del Mascún, más adelante y bajo unos robles, paramos a reponer fuerzas, para nuestra sorpresa, los compañeros que se habían ido a Nasarre, ya de vuelta, se unen al grupo, y después de la pausa, todos juntos afrontamos lo que resta de la ruta. Tras pasar una zona arbolada, y subir un poco, comenzamos el descenso hasta el cauce del Mascún. El paisaje resulta impresionante, junto a la Ciudadela y otras formaciones, como la Cuca Bellostas, tras cruzar en varias ocasiones por el cauce del barranco, llegamos nuevamente a la oquedad del Delfín. Durante la fuerte y pedregosa bajada por la Costera, nos han acompañado además, numerosas aves rapaces y algunas cabras. Ya solo nos queda deshacer el camino hecho a primeras horas de la mañana y subir nuevamente a Rodellar.