Al haber madrugado fueron de los primeros en acceder a la vía ferrata, permiténdoles disfrutarla a su ritmo. Mientras ascendían por ella pudieron ver como el parking se iba llenando de coches y nuevos ferrateros comenzaban su periplo por la vía.
El primer tramo es muy sencillo, ideal para ir calentando y ponerse en situación. El segundo tramo, ya más aéreo, hizo que se comenzaran a divertir. Por último, el tercer tramo obliga en algunos puntos a ir utilizando la roca y las manos para progresar. El tiempo fue muy bueno, soleado y con brisa, que les permitió disfrutar la ferrata aún más si cabe.
Les llevó unas 2 horas en completarla. A continuación regresaron al punto de partida descendiendo por la senda GR-18.1, pasando por el pueblo de Ballabriga. En total, algo menos de tres horas y ya habían disfrutado de esta espectacular ferrata.
En Graus pararon a comer y tomar algo, ya que se lo habían ganado. ¡A pensar en la siguiente!.