La actividad de la sección de Media Montaña del mes de junio consistió en el ascenso a una montaña poco conocida pero que tiene desde su cima unas vistas magníficas a la sierra de Tendeñera. Se trata del Bachesango, de 2.256 m. de altitud, una cumbre herbácea de fornas suaves a caballo entre los valles de Broto y de Tena, teniendo a Yesero como localidad más cercana. Los montañeros llegaron al pequeño apartadero en la carretera entre Biescas y Broto situado junto al puente sobre el río Sía sobre las 9:30. Desde ahí, tras caminar por la carretera unos 500 metros en dirección a Yesero, tomaron a mano derecha una pista forestal que poco a poco se va empinando e introduciéndose en el bosque. Lamentablemente, las obras de una captación de aguas han convertido parte de la senda en una intransitable pista de barro y piedras. En el punto donde la pista termina, cruzaron un barranco y a través de un corto tramo de senda boscosa llegaron una zona de prados con un corral. En este punto descansaron un instante para disfrutar del paisaje antes de atacar la subida más dura del día, que al superarla los dejaría en el Sagueta, cima accesoria en la que se halla una caseta-refugio con escaso espacio para una persona. Desde allí, caminando por la cresta entre islas de nieve, hollaron la cumbre del Bachesango desde la que se admira toda la ladera sur de la Sierra de Tendeñera, además de Tobacor y el Perdido, Peña Montañesa y Cotiella, La Sierra de Guara y la Peña Oroel… y cumbres cercanas como el Toronzué, Sarasé, Pilupín, Erata, Monchoya… Vamos, todo un festival de montañas. Para regresar continuaron por la cresta, esta vez ya descendiendo hasta un collado rocoso en el que tras una dura bajada alcanzaron el circo de cabecera del Barranco del Puerto que más tarde se convertirá en el Barranco del Sía, el cual puede ser descendido deportivamente. De nuevo a través de unos prados, entre vacas y casetas, continuaron descendiendo suavemente por una bonita senda jalonada de saltos de agua. Por último, sólo tuvieron que seguir una pista a través del bosque, a resguardo del potente sol de estas fechas, que no abandonaron hasta alcanzar el punto de partida tras siete horas de sol, agua y montañas.