Un año más la sección de montaña del Club Litera de Binéfar ha organizado un curso de iniciación a la alta montaña invernal, en el que los participantes aprendieron los peligros que las montañas nevadas esconden y el modo de evitarlos. El curso comenzó el viernes 7 de febrero en los locales del club en Binéfar, con una clase teórica en la que además de marcar los objetivos del curso se mostraron las prendas que mejor protegen del frio, así como los materiales necesarios para moverse por la laderas nevadas con la máxima seguridad, para concluir con un taller de nudos.
Al día siguiente, una copiosa nevada recibía a los montañeros del Club Litera a su llegada a Benasque y en el acceso a Cerler ya empezaba a crear problemas a los conductores más inexpertos que se iban quedando en la cuneta. Con este panorama, los responsables del curso optaron por quedarse en el aparcamiento del Molino de la estación de esquí en vez de subir hasta el Ampriu como estaba previsto. Desde el aparcamiento y bordeando las pistas los cursillistas comenzaron a ascender en busca de una ladera donde aprender y practicar las técnicas invernales. Bajo la incesante nevada los montañeros aprendieron a caminar correctamente por la pendiente nevada, a realizar giros y cambios de dirección y a frenarse en caso de caída por la pendiente. También aprendieron a asegurar a un compañero y a fabricar una reunión valiéndose únicamente de la nieve, los piolets y una cuerda.
Desde la pistas el curso se trasladó hasta el rocódromo de la Escuela de alta montaña de Benasque, y resguardados del temporal practicaron polipastos para izar a un compañero accidentado, también aprendieron a triangular para repartir el peso que soporta una reunión. La jornada concluyó con una proyección en el aula de la Escuela en la que se mostró a los cursillistas el efecto devastador de los aludes y la manera de prevenirlos y evitarlos. El resto del día lo emplearon los montañeros en relajarse y confraternizar, pues algunos de los integrantes del curso del Club de Binéfar venían de localidades tan dispares como Tarazona, Zaragoza, Barcelona o Lleida.
Al día siguiente y tras haber pernoctado en la Escuela de Alta montaña de Benasque, el grupo se trasladó hasta el Ampriu, allí un tímido sol les hacía albergar esperanzas de pasar una jornada más benigna. Ascendiendo por las laderas del pico Cerler, los cursillistas practicaron lo aprendido el día anterior, y también practicaron el rappel autoasegurado. Mientras las nubes nuevamente se cerraban sobre el valle obligando al grupo a descender, antes de quedar atrapados por la niebla y la ventisca. Ya en la parte más baja de las pistas, el viento perdía intensidad y permitía realizar las últimas actividades previstas, que eran la búsqueda de la víctima de un alud por medio de aparatos ARVA, para concluir realizando un encordamiento para caminar sobre un glaciar.
Los organizadores quedaron muy satisfechos por el desarrollo del curso, que a pesar de la dura climatología del fin de semana pudo abarcar todo el guion previsto y sobre todo por la buena participación, agradeciendo especialmente a aquellos que desde tan lejos nos han elegido para conocer mejor la montaña.