A la primera actividad barranquista del año del Club Litera acudieron siete barranquistas dispuestos a pasar mucho frío. Afortunadamente no resultó así ya que el sábado 25 de enero fue excepcionalmente cálido para las fechas en las que nos encontramos, aunque algo ventoso. El barranco elegido fue el de Lapenilla, cercano al pueblo deshabitado del mismo nombre y al que se accede desde la carretera que va de Graus a Troncedo. El barranco que los ocupó en esta ocasión suele bajar seco pero en invierno mantiene un pequeño caudal, sobre todo tras periodos de lluvias, y es interesante por cuanto está bien formado y es estrecho, principalmente en su primera parte. Resulta un descenso estéticamente agradable y en sus casi 500 metros de desarrollo a través de un afloramiento de roca caliza acumula varios rápeles, uno de 35 metros de altura. En su última parte y a través de la grieta que dibujan sus paredes, puede verse el pantano de El Grado y el pueblo de Abizanda en la otra orilla del río Cinca. Y así, tras tres horas de descenso sin percances salpicadas por consejos técnicos y alguna práctica guiada, regresaron al punto de partida por la pista asfaltada que da acceso a la Aldea Puy Cinca, disfrutando del sol y las altas temperaturas, un regalo inesperado en este mes de enero. Un barranco cercano y bonito que vale la pena descender.