Título de la película: “De cómo la nieve lo transforma todo”. Así podría enunciarse está actividad. Un excursión que en verano apenas cuesta dos horas, con nieve se convierte en una actividad exigente, con algún que otro paso comprometido por lo expuesto y la nieve dura.
Desde Barbaruens recorremos en coche unos 2 km hasta que la nieve nos impide el paso. Dejamos los coches, pues, en la orilla, sobre la cota 1200 y empezamos a caminar por la pista, pronto nos calzamos las raquetas que ya no nos las quitaremos en toda la excursión. La nieve está en excelente estado para las raquetas y avanzamos sin problemas. No ha hecho frío esta noche y pensábamos que la nieve estaría más blanda pero está zona apenas recibe los rayos del sol en invierno. Al acabar la pista seguimos por el bosque. No hay huella por lo que además debemos intuir la senda que serpentea entre los árboles. Así llegamos hasta una zona donde debemos cruzar tres barranqueras que bajan de los murallones del pico Reduno, uno de los hermanitos del Cotiella. Cruzar estos barrancos nos cuesta más de una hora. La nieve está dura y alguno decide ponerse los crampones. Y así llegamos a la cuenca del ibón de Armeña, pero, ¿dónde está el ibón?. La nieve lo cubre por completo.
Veinte minutos más tarde ya estamos en el refugio. Con el sol, la terraza del refugio y el paisaje, decidimos quedarnos aquí a comer. Nos ha costado casi tres horas y media llegar aquí.
La bajada es más sencilla, la nieve ya no está tan dura y la huella de la subida nos permite avanzar sin problemas regresando hasta el punto de partida.