Domingo de Ramos en los Llanos del Hospital, los montañeros del Club Litera de Binéfar cambiaron la rama de olivo por el piolet y partieron formando una particular procesión, hacia el puerto de la Glera. Las duras rampas y la nieve blanda estiraban la fila de los treinta montañeros que marchaban con la ilusión de pisar la cima del pico Sacroux. Cuando por fin superaron la zona de bosque, la nieve estaba más dura y ya no cedía bajo las botas de los montañeros binefarenses, que ascendían a buen ritmo hacia los ibones de la Montañeta, aprovechando cuando paraban a recuperar el aliento, para volver la vista hacia el valle y recrearse en el magnífico paisaje de los Llanos del Hospital repletos de nieve. La larga hilera de miembros del club Litera iba superando las blancas dunas que les separaban del puerto de la Glera, al que llegarían tras bordear el lago de Gorgutes, desaparecido bajo un grueso manto de hielo y nieve. Frente al grupo de Binéfar, las duras rampas del pico Sacroux repletas de nieve, suponían un reto tan tentador como delicado, pero la noche había sido fría y el cielo había estado cubierto manteniendo la nieve dura. En este momento los montañeros se sentían compensados por el duro madrugón que habían tenido que realizar, y en pequeños grupos y extremando las precauciones, fueron lanzando diferentes ataques a la cima. Mientras, las nubes se habían dispersado y permitían a los que iban llegando a la cima, disfrutar de un paisaje impresionante, aunque rápidamente había que comenzar el vertiginoso descenso, para dejar sitio en la cima a un nuevo grupo de montañeros literanos. La aparición del sol comenzó a ablandar la nieve y obligó a acelerar el descenso hasta zonas más seguras donde por fin los montañeros del club Litera pudieron hacer un pequeño descanso, disfrutando de la hazaña conseguida.