Teníamos que ir a Benabarre a degustar el chocolate con torta, así que había que buscar una excusa para hacer una salida por las cercanías. Hacía unos meses que nuestro amigo Joaquín no paraba de hablar del enorme roble y del precioso sendero del Valle del Roble, así que ya teníamos el pretexto perfecto.
Esta vez no íbamos a madrugar, a las 9:00 h salíamos de Binéfar y a las 10:00 comenzamos a caminar desde el parquing del castillo de Benabarre, tras callejear por el casco urbano, pasamos junto al campo de fútbol y vamos caminando por pistas hasta llegar al almacén de butano, ahora empieza lo bueno, remontamos una pista por el cauce de una barranquera unos 700 m y buscamos un estrecho sendero apenas visible en la margen derecha (hidrográfica) del barranco, el inicio está un poco escondido, hay una oxidada lata como señal. Nos quedan 7 km de sendero entre pinos, robles y carrascas, remontando el valle del Roble, la subida es constante pero muy suave por lo que no cansa. El valle es bastante frondoso aunque abunda el pino de repoblación, el sendero a pesar de no ser ancho está bastante marcado y no se pierde en ningún momento. Casi al final del sendero llegamos a la guinda del pastel, el espectacular roble de Chumperi, hay que verlo para hacerse una idea de lo grande que es. Como aún es invierno no tenia hojas, pero bajo la sombra de sus enormes ramas y tronco decidimos que un buen lugar para comer. Tras la comida ya solo quedaba alcanzar una pista que en hora y media nos llevaría de nuevo a Benabarre, donde tras breve visita al castillo, pasamos a la chocolatería de Benabarre para cerrar la jornada de forma bien dulce.