Barranco de San Andrés, Olvena


Por fin se inauguró la temporada barranquista en el Club Litera, realizando el descenso de un barranco tan desconocido como cercano, el de San Andrés en Olvena, con un total de 12 rápeles. El primer descenso documentado data de 1993.

Una decena de barranquistas partieron a las 9 horas de Binéfar. No hacía falta madrugar, el viaje no iba a ser largo. En el km 17 de la carretera que parte de Barbastro hacia Graus, tras unos túneles, se halla un apartadero para coches de donde parte una senda GR. Dejaron ahí los vehículos y tras preparar el equipo concienzudamente afrontaron la casi una hora de aproximación hasta la entrada del barranco. La senda primero discurre empinada y en un determinado punto, junto a una gran piedra que queda a la izquierda, abandonaron el GR tomando otro sendero menos transitado e invadido por la vegetación que bordeando un bosquecito los llevó hasta la entrada del barranco. Éste permanece habitualmente seco pero en esta ocasión mantenía un pequeño caudal fruto de las útlimas lluvias. La bienvenida fue espectacular, ya que la poco de comenzar y despues de un par de rápeles de 8 metros, tuvieron que enfrentarse a un rápel de 30 metros, el mayor del barranco, en un tramo calcado a los buenos barrancos de Guara. A continuación progresaron por una zona de bloques hasta llegar a un tramo llano, abierto y con vegetación. Tras otra zona de bloques comienza la segunda parte del barranco, encajonado y estrecho como la primera parte. Uno de los rápeles finaliza en una profunda y fría marmita difícil de evitar, lo que provoca el remojón de alguno. Para terminar, la traca final: dos rápeles consecutivos de 22 y 20 metros respectivamente y excavados en un bello rincón junto a la misma carretera. Para regresar, se cruza la carretera y el canal por debajo, por el paso dejado para que el barranco desagüe en el río Esera. Aquí en el río, al sol, aprovecharon para secarse y comer algo antes de regresar a los vehículos, que se econtraban a apenas un kilómetro de distancia. El regreso hubo de hacerse con precaución pues es obligado el paso por dos túneles de la carretera. Una vez superada esta última prueba y antes de regesar a Binéfar visitaron el pueblo de Olvena, tan cercano y con tanto que ofrecer a los amantes de los deportes al aire libre.

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