Para la salida de barranquismo de este fin de semana se escogió la garganta del Irués, un barranco realmente precioso, con una vegetación exuberante (hayas espectaculares, enormes quejigos, avellanos, etc.) y unas aguas de color verde esmeralda frías como el hielo. Ideal para mitigar los calores de agosto.
Después de una hora y cuarto de aproximación desde el pueblo de Badaín los participantes llegaron a la cabecera del barranco, la cual estaba seca puesto que el chorro de Fornos, un agujero del cual sale el agua procedente del macizo del Cotiella, no manaba. A pesar de eso enseguida llegaron al agua, ya que a a la mitad del descenso del barranco éste recibe el aporte de varias cascadas por su margen izquierda: son las llamadas Fuentes de Fornos, de aguas abundantes y muy frías. A partir de ese punto se suceden grandes y profundas badinas que obligaron a nadar a los barranquistas por sus heladas aguas hasta el finalizar el descenso.
Los siete barranquistas que se desplazaron pasaron un día la mar de agradable, disfrutando del paisaje y de las aguas de este bellísimo paraje del pirineo aragonés. Podéis apreciarlo vosotros mismos en las fotos.