De nuevo por estas fechas, como todos los años, el Club Litera no faltó a su cita con su clásica: la ascensión al Aneto pernoctando en el refugio de la Renclusa. Todo dio comienzo el sábado, cuando partieron todos los integrantes de la expedición en dirección a Benasque, hasta el aparcamiento de la Besurta. Una vez allí, y con todo el equipo a cuestas, alcanzaron el refugio de la Renclusa, a 2140 metros de altura, tras 30 minutos de caminata. En esta fantástica instalación montañera se asearon y cenaron temprano, pero antes de acostarse celebraron San Juan junto al personal del refugio, departiendo alegremente mientras tomaban algo al fresco de una de las noches más cortas del año. Luego de un breve pero reparador descanso, la expedición tomó el desayuno a las 5 horas del domingo y rápidamente se pertrecharon y se dirigieron al asalto del coloso pirenaico. El sol les saludó cuando ya se dirigían al portillón, y atravesaron el glaciar del Aneto bajo los primeros rayos de sol. El día era fresco, lo cual facilitaba el ascenso. Justo antes del “revientachulos” se reagruparon y cada uno afrontó la fuerte cuesta a su ritmo, para encontrarse todos justo antes del paso de Mahoma, última dificultad que los separaba de la cumbre. Poco a poco, todos los que habían llegado hasta ahí superaron el paso y celebraron la cima efusivamente. El viento en calma y el calorcito del sol propiciaron una larga estancia en la cumbre, disfrutando del día y del paisaje, con todas las cimas circundantes a sus pies. El regreso fue sin novedad y en el refugio de la Renclusa se despidieron del personal agradeciéndoles su esmerado trabajo y prometiendo verse en una próxima ocasión. Esta cumbre, de 3404 metros, la más alta de Aragón y de los Pirineos, supone toda una experiencia para cada persona que la conquista y entre los integrantes de esta expedición, tanto para los que la hollaron por primera vez como para los que repetían, incluso para los que no pudieron alcanzar la cima debido a lo exigente de la misma, podemos decir que así fue. El Club Litera se “sanjuanó” en el Aneto.