Esta vez tocó ir hasta la Noguera Leridana. Vigilante sobre el río Segre se alza Alós de Balaguer, un pequeño pueblo que parece brotar de los riscos y que es el lugar elegido por los intrépidos escaladores, para ascender un buen numero de vías de distinto grado y dificultad. Satisfecha el ansia de superación y la adrenalina descargada, la lluvia obligó al grupo a recoger las cuerdas aunque algún escalador se resistía a abandonar la pared.