Curso de Iniciación a la Alta Montaña Nivel II


La nieve se ha convertido en la gran protagonista de la edición 2013 de los cursos de iniciación a la montaña del club Litera de Binéfar. El blanco elemento se ha repartido con generosidad por las montañas pirenaicas, y  ha limitado las maniobras de los montañeros de Binéfar. El curso de nivel II empezó el pasado viernes en  el aula del club Litera, con una charla sobre técnicas y materiales. Hubo un capítulo especial dedicado a las cuerdas y se finalizó con un taller de nudos. A la mañana siguiente el curso debía continuar en Benasque, pero una fuerte ventisca obligó a los cursillistas a retroceder hasta la cantera de Sesué, donde las vías de escalada deportiva quedaban bastante protegidas del fuerte viento. En este sector los montañeros se calzaron los crampones y armados de piolets técnicos ascendieron por diferentes vías practicando el dry tooling. Mientras parte del grupo escalaba, otros ascendían por la parte más fácil de la pared practicando el encordamiento en ensamble, realizando un circuito de ascenso y descenso que resultó altamente instructivo.  Hay que reseñar que el club Litera facilita los materiales técnicos y las cuerdas de forma gratuita, tanto para el desarrollo de los cursos como en las actividades que organiza. Terminadas las prácticas en la pared, se trasladaron nuevamente a Benasque, para acceder  a las instalaciones de la Escuela de Montaña. Tras la amplia cristalera del rocódromo, tocaba reponer fuerzas y nuevamente a trabajar. Ahora divididos en varios grupos mientras unos ascendían con métodos de fortuna por una cuerda vertical, otros rescataban utilizando un polipasto, a un compañero que “había caído en la grieta de un glaciar”. Después de una ducha reparadora en la habitación de la escuela, los montañeros del club Litera Binéfar, salieron  a pasear por las nevadas y concurridas calles de Benasque mientras los copos blancos nuevamente cubrían el cielo. El domingo amaneció nublado sin viento y con poco frío, los accesos al Ampriú estaban abiertos y hacia allí marcharon para continuar con el aprendizaje, admirando en cada revuelta de la carretera el imponente aspecto de las Tucas de Ixeia repletas de nieve. El encordamiento glaciar fue la última práctica que realizaron los montañeros hasta que una nueva borrasca empezó a cubrir el cielo de oscuras nubes amenazantes.

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